Cuando al fin me hice con una guitarra eléctrica pasé del entusiasmo a la desazón en apenas unos días. Justo el tiempo que tardé en darme cuenta de que nunca tocaría como Gary Moore. Por esa razón me conformé con bautizar a mi guitarra como Gary, contradiciendo la máxima que exige que toda guitarra debe portar el nombre de una mujer (cosa de las curvas y la belleza del timbre de su voz). Y hoy, más que nunca, no me arrepiento de haber tomado aquella decisión…
Gracias por adornar mi hueca adolescencia y hasta siempre.
También me he entristecido con su pérdida,recuerdo perfectamente su voz,su guitarra,perfecta para el blues…
como solemos decir,y es verdad,al menos,siempre nos quedará su música.
bsss
Como icono de mi infancia y adolescencia, su pérdida me ha traído recuerdos de todo cuando pudo ser y no fue. Su legado queda, eso siempre.
Besos, Troyana.
Al menos tiene a su buen amigo Lynott a mano. Esos dos no dejarán de hacer travesuras hasta bajo tierra.
Hace tanto tiempo que Lynott no está que seguro tienen mil farras pendientes allá donde estén…