Sábado, 25 de abril
Vida frágil, absurda, cómica, triste. Hagas lo que hagas, aunque escribas la «Divina Comedia», seguirás siendo alguien muy ridícula, muy melancólica, pintoresca y graciosa durante unos minutos, fatigante y atrozmente aburrida en la convivencia diaria.
2 de enero
No eres tú la culpable de que tu poema hable de lo que no es. Si habla de lo que es quiere decir que alguien no vino en vez de venir. Pero ¿por qué hablo con verbos activos como si hubiera pasado la noche con una espalda en la mano?
12/III
Este diario, ¿lo escribo para mí? Ahora, ¿estoy escribiendo para mí? La verdad: tengo miedo. El de siempre. Tengo miedo y no puedo vivir en este mundo y lo quiero, claro que lo quiero, pero no sé cómo se hace. Todo lo hago mal. Algo se destruyó. Demasiadas pérdidas. Nadie las soporta. Y ahora, aunsi me alimento de los corrompidos restos de un idealismo muerto, sé que sólo me importa lo visible y lo tangible, es decir, lo que se me niega. Se me niega por mi ansiedad, por mi desconfianza, mi entranjeridad, mi seguridad de ser expulsada, aun por un paisaje. Como un temor de mirar una piedra por miedo a que se lance, sola, a herirme.
Viernes, 9 de julio
Estoy amenazada. Hoy, sin embargo, confío en mi fuerza. Estoy definitivamente sola y confío en mi fuerza. Debería escucharme con más respeto.
9 de octubre
Van cuatro meses que estoy internada en el Pirovano.
Hace cuatro meses intenté morir ingiriendo pastillas.
Hace un mes, quise envenenarme con gas.
Las palabras son más terribles de lo que sospechaba. Mi necesidad de ternura es una larga caravana.
En cuanto al escribir, sé que escribo bien y esto es todo. Pero no me sirve para que me quieran.
4 de diciembre, sábado (última entrada del diario)
A pesar de todo, es decir de la conspiración para que no escriba, quisiera, subrepticiamente, ir escribiendo CASA DE CITAS.
1) Buscar todos los cahiers anthologiques y reunirlos. Leerlos y obtener de ahí citas (cahier de lecturas de ensayos inclusive)
2) Releer algunos libors mareados, Lichtenberg, Beguin, Katka (los ojos, ¿cómo puede eso ser hermoso?), Lautr., Rimb., Hölderlin, Günderode, etc.
3) Lo fundamental es el «tema» del lenguaje.
4) Ver «la locura y la lógica»
5) Ver mis cartas no enviadas (a Pinchon, a Rodríguez).
Luego están los poemas de «Sala de psicopatología».
Como si escribir me estuviera prohibido. ¿Y por qué no me estaría? La escritura, el sexo: mi ausencia actual de estos dos pilares de la sabiduría.
Heme aquí escribiendo en mi diario, por más que sé que no debe ser así, que no debo escribir mi diario.
Diarios – Alejandra Pizarnik
Alejandra Pizarnik murió el 25 de septiembre de 1972.