Un malhumorado cartero llamó a mi puerta para, por este orden, reprocharme no estar en casa por la mañana (?) y entregarme una caja llegada desde Barna city. Gracias Mary Kate, por tu gesto y tus palabras. La última vez que alguien me envió algo fue en abril, y lloriqueé del mismo modo al vaciar aquel abultado sobre. Desde hace meses (desde siempre, en realidad) este tipo de gestos me emocionan enormemente. Los gestos definen a las personas, así lo he creído siempre, y el tuyo demuestra lo muy grande que es tu corazón. Gracias.
Qué precioso detalle el de MK …
Muy suyo el gesto. Mi regalo no requería respuesta, pero se puso tan seria aquel día que llamó que tuve que darle mi dirección.