Artículo de Lujo…

En 1993 leí en la revista Fotogramas que el precio de las entradas de cine en Londres había alcanzado las 1.000 pesetas cuando por aquí se situaba entre las 250 y las 300. Entonces le dije a un amigo que en España no podría ocurrir algo semejante en al menos treinta años a riesgo de que la industria se hundiese.

Hoy, quince años después, siento no tenerle cerca para admitir que me equivoqué. Me equivoqué en parte, al menos. Las entradas tienen un precio prohibitivo y la industria (la patria) se habría hundido hace años… de no ser por las subvenciones. Y recuerdo que cuando era niño, a finales de los ochenta, podía ver tres películas por cien pesetas en las matinés de los domingos, y no se cerraban cines por ello.

No sé si los políticos, los productores y los exhibidores consideran al cine como cultura. Seguramente no es así. La historia demuestra que las películas siempre fueron tomadas como un negocio por encima de cualquier otra circunstancia. Y si además alguien consideraba que le enriquecía, mejor que mejor, allá él o ella.

El tiempo les ha dado la razón…

5 pensamientos en “Artículo de Lujo…

  1. ¡8,40 €! Qué fuerte… por aquí no sé cómo anda, hace siglos que no voy al cine. Lo veo todo en casa o en el Festival, la retrospectiva clásica y esas no son entradas normales.

    Me parece un auténtico abuso, que son 1.500 pelas.

  2. Ir nosotros dos nos sale en 15 euros, y eso sin tener en cuenta el parking, y sin comprar nada a mayores. Al final es un lujo. Hago como Random, hace años que no voy al cine, y la verdad es que no me arrepiento. Para ir a ver una película en un multicine en una sala mínima con una pantalla poco más grande que mi televisión, me quedo en mi casa. Sin lugar a dudas. Estos días que tanto se está hablando de la crisis del cine, me hace gracia que nadie se plantee si es que el cine se ha alejado en realidad de su concepción de ocio universal precisamente porque el poder adquisitivo que se necesita para ir habitualmente a ver una película hace que sea bastante poca gente la que pueda permitirse ese ocio…

  3. No me gusta ir al cine. No sólo porque el precio sea prohibitivo. Me gusta estar dentro de la película, no junto al que come palomitas sin parar, me dan ganas de decirle: tío, no comes en casa?; de los niños de la última fila que no dejan de hacer ruido y compartir risitas con toda la sala; el que mueve mi butaca por detrás o me da patadas y, este es el peor: el que va oliendo a aftershave barato, ese siempre me toca al lado.

    Y como dice Ulyanov, tengo una buena pantalla 😉 hay que amortizarla.

    Y después de este break, vuelvo al trabajo :s

    Besos.

  4. Joder.
    (En ya muchas entradas idas y venidas, comentadas, requetecomentadas, jamás una palabra había resumido my state of mind, que dicen los ingleses)
    Lo mío, aquí en Lucena, es tres euros menos. Y los Miércoles, cuatro.
    Dinero es.
    Joder (again)

  5. Es un abuso sin fin, Random. El precio sube tres o cuatro veces al año de improviso. A este paso llegará a 10 euros en un par de años.

    Qué envidia, poder ver películas a precio razonable en el festival de Donosti.

    El gran problema es el que dices, Ulyanov: el precio. La crisis nace debido a la insorportable subida de precios de los últimos años. Hemos pasado de 4 euros a 8 en apenas cinco años. Es una barbaridad. Sin realmente quieren acabar con la piratería deberían plantearse bajar los precios, como hizo la industria musical. Ir al cine, para mí, es un rito. Un rito que están matando.

    Para mí es una necesidad, dsd. Crecí a diez metros de una sala de cine, de modo que calculo haber visto sobre 1.000 o 1.200 películas en salas oscuras. El problema de los domingueros lo solucioné siendo adolescente: ir los lunes o los martes o cualquier otro día entre semana que no fuese un viernes. Y los findes acudir a las sesiones golfas, con un público más maduro y poco aficionado a armar gresca. En los noventa debía ser el tipo más joven que iba al cine a la una de la mañana en lugar de hacer botellón.

    Pero bueno, comprendo tus razones y amortizar una pantalla como la que debes tener merece tu absentismo.

    Besos.

    Joder, Emilio. Ésa es justo la palabra que dije cuando el tipo de la taquilla me dijo importe de la entrada. Tu definición es impecable.

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