Urdaci, ese hombre…

Si hay algo peor que presumir de haber estado con alguien o haber vivido tal instante, están los momentos en los que Alfredo Urdaci asegura haber estado presente en cenas de príncipes y periodistas que dicen ser amigas suyas. No se puede ser más idiota al citar detalles de tu encuentro o relación con tal persona y en tal campo. En ese aspecto, Alfredo Urdaci es un campeón.

Saltó a la fama mediática al pronunciar aquel mítico ce, ce, o, o, cuando una sentencia judicial decidió que la televisión pública española debía compensar a un sindicato por tergiversar una noticia. Nunca antes la televisión pública había sufrido tal humillación y él decidió mesurarla con su absurda acción. Cuando abandonó las noticias de la primera cadena (no le despidieron, él las abandonó antes de que lo hiceran) fue monologista en un programa de la Sexta. Y hace falta tener pocas luces para decir que habría sido el ganador de no ser porque el canal en cuestión tendía hacia la izquierda. Y gracia no tenía, no,  pero era resultón por defecto, y el defecto siempre duele. Luego se creyó su tontería y presentó un programa en Onda Seis que ensalzaba los logros que no eran de los peperos y criticaba con saña las meteduras de pata de Moratinos, él que tanto había alabado los actos de Matutes, aquel aparente autista que ofició como ministro de exteriores bajo el mandato de Ansar. Después recreó a Tom Jones subiéndose a una barra y sacando pecho. Y aquello provocó la vergüenza ajena si es que quedaba. Porque ahora es el jefe de prensa de Francisco Hernando, el Pocero. Ese tipo que resuelve problemas a palazos o mostrando las pistolas que calzan sus guardaespaldas ante alcaldes pobres de pueblos limitrofes con la capital. Ese tío cuyas comidas familiares me recuerdan a las de Alberto Vázquez Figueroa pero sin la humanidad sin límite de éste último y con la prepotencia del rico que piensa que está tres escalones por encima del populacho, aunque no sepa escribir ni hablar, ni falta que le haga.

Bien por ti, Alfredo. Te has vendido bien. He leído por ahí que te pagará sobradamente por ser su lacayo, su esbirro. Y puede que algún día te des cuenta de que el dinero no vale una mierda, que el amor es la única respuesta y de que morir sin nada es más digno que tener mucho y a nadie a tu lado. Que un beso sincero vale mucho más que un puto viaje a cualquier estación de los Alpes. Que un abrazo de veras no tiene precio comparado con entradas de palco para el partido de la temporada del Madrid. Y resto a la mayoría que se habrá amorrado a ti (execrables todos ellos) por puro interés crematístico. Qué pena. Tal vez algún día la verdad se te revele y si no ocurre, cuanto lo siento por ti…

4 pensamientos en “Urdaci, ese hombre…

  1. Alex, creo que sobrevaloras a Urdaci si piensas que puede darse cuenta de todo eso que dices. O quizá sí se da cuenta, pero es evidente cuál es su sistema de valores y prioridades. Y también su ética profesional, y me atrevería a decir que también la personal. A mí me parece uno de los tipos más repugnantes que encumbró la etapa del PP.
    Un saludo y un abrazo muy afectuoso.

  2. Ese porte chulesco y esa forma de mirar despectiva son marca de fábrica. El haberse sumado al equipo que trata de lavar la imagen del pocero por el puñetero vil metal deja clara cuál es su ética, Ulyanov.

    Abrazos.

    Pues sí, sigue en activo. Payasea de vez en cuando (parece haber perdido el sentido del rídiculo si es lo que tuvo alguna vez) y de vez en cuando toca techo con sus astracanadas, dvd.

  3. Confundir información y vasallaje. ¿es una cuestión de grado? al menos ahora es más transparente en lo de que quien paga manda.
    No lo considero periodista ni publicista siquiera. Es cortesano, adulador profesional.

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