Buscando el Perdón…

Gritos, insultos a los actores, patadas a todo objeto situado en el radio de sus pies, vejaciones a miembros del rodaje… Podría seguir hasta rellenar toda una enciclopedia con los conocidos ataques de ira que sufría David O. Russell durante los rodajes de sus baqueteadas películas. Hasta que llegó el infortunado día en el que alguien del equipo dejó la cámara grabando durante uno de esos episodios ocurrido en el marco del rodaje de «Extrañas Coincidencias», con la veterana Lily Tomlin como el objeto de sus violentos dardos. Como consecuencia la industria le defenestró en cuando el vídeo comenzó a circular a través de YouTube. Entre los productores flotó en el aire una máxima: un ser tan vil no podía pertenecer a la familia del cine. Seis años más tarde regresó medio a hurtadillas con «The Fighter», primera y única película dirigida por él en la que no firmó el guión. La competencia de su trabajo y la sumisión a los jerifaltes que le concedieron el perdón le dio la oportunidad de volver a manejar proyectos propios. Así llegó a ver la luz «El Lado Bueno de las Cosas».

Tomando como base de partida una novela de Matthew Quick, Russell la moldea a su imagen en un evidente ejercicio de justificación. El director se traviste en la piel del bipolar protagonista brindado una excelente primera media hora en la que la expectación y la sorpresa hacen presagiar que se está dando la gran película que Russell tiene dentro y no logra cristalizar. Hasta entonces se nos presenta a un tipo fuera de control que trata de rehacerse a través del perdón. Un solvente Bradley Cooper, apoyado con un grupo de secundarios en roles poco novedosos pero entrañables, cincelan una propuesta extraña en su factura que trata de alejarse de lo manido a través del sobresalto y la histeria. Tan estimulante resulta acompañar a un protagonista tan anímicamente arrítmico que al desaparecer lentamente ni nos damos cuenta de que se nos está colando gato por liebre. Cuando al fin somos conscientes ya es demasiado tarde. Tras un tramo final previsible, azucarado hasta la arcada, sometido a los cánones de la más vergonzante comedia romática que bien podría firmar Ivan Reitman, podemos presumir al menos de haber sido testigos del amago de auge y posterior caída en los infiernos de lo convencional de un director atípico que, ahora domesticado gracias al respaldado por las nominaciones y las palmaditas en las espalda de la industria que una vez le sometió al ostracismo, me temo está echado a perder por los restos. Sinceramente, prefería al tipo que daba patadas a las sillas y facturaba películas a trompicones.

De la película poco más merece comentario. Jennifer Lawrence se mantiene a flote durante el largo naufragio eludiendo los braceos atontados de un protagonista desquiciado por la absurda deriva de un personaje que ha dejado de comprender. El resto del elenco se regodea en el estereotipo facilón mientras Russell se difumina poco a poco hasta terminar por ser difícilmente reconocible. Una comedia amable sobre la redención de guante blanco que puede apuntarse el tanto de haber dilapidado un material prometedor en tiempo record. El resto, si lo hay, da igual. Lástima.

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11 pensamientos en “Buscando el Perdón…

  1. Alex.
    ja,ja,ja
    demoledora crítica.No voy a decirte que me entusiasmó la película,pero al menos me entretuvo,que no es poco,así que la reseñé.Me gustó más Cooper que Lawrence a quien concedieron el oscar y yo creo que ni ella misma se lo creyó….en fin,sé que son much@s los que sí quedaron contentos con su actuación,pero confieso que a mí me costaba arrancarme de la memoria su papel de adolescente que ha de madurar a marchas forzadas en «Winter´s bone».
    Manías mías seguramente….
    bsts

    • Cooper está fantástico al principio, durante los primeros excelentes veinte minutos. Después deja de comprender al personaje y se convierte en un amasijo de muecas absurdas más propias de un tipo estreñido. Lawrence, siempre a mi juicio, se mantiene a flote gracias a su empaque, porque su papel se las trae de puro estereotipo.

      Muy floja película. No esperaba demasiado de ella, por esa razón su sorprendente comienzo me hizo crear expectativas que no se cumplen por pura complacencia.

      Besos, Troyana!

  2. Eso es lo terrible del cine, las novelas.. cuando empiezas a subir una ceja mentalmente, poco a poco, casi sin darte cuenta y acabas con una gran interrogación sobre tu cabeza. ¿Qué quieren hacerte creer? ¿De verdad lo que empieza en X ha terminado en J? ¿Y por qué? A mí me gusta darle vueltas durante un tiempo a estas cosas e incluso encontrar si es posible el instante en el que el hilo se hizo un nudo y en adelante ya siguió con menos fuerza. Lo que más me atrae de una historia son sus posibilidades, por eso a veces cuando me decepcionan lo siento casi como una pérdida. En cualquier caso, siempre se puede salvar algo o a alguien y que no esté todo perdido me resulta casi también un consuelo.

    Feliz día, Alex, por aquí lluvioso e invernal.

    Un beso

    • Y es que adaptar una novela es realmente complicado. Es muy difícil recoger todo lo que se deja caer durante centenares de páginas para comprimirlas en cien minutos. La prosa, como bien dices, cede al lector mil caminos que explorar. El cine te toma de la mano y te conduce a través de la montaña rusa, y si lo haces bien la experiencia será incluso superior al libro. Pero es tan difícil hacerlo bien.

      Felices días para ti, mi querida hada de las nieves. Por aquí estamos a la espera de más nevadas en los próximos dos días. El invierno que no acaba.

      Beso.

    • Muy floja, sí. ¿Conseguirá algún día Russell cristalizar lo que prometía en «Tres Reyes»? Siempre a medio gas. Siempre con miedo a sacar a la bestia.

      Por cierto, vi esta peli en su ciudad, hace mes y medio ya. En los Yelmo Icaria que seguro conoce bien 🙂

  3. No piensa verla. Me asusta demasiado que frivolicen y «dysneyfiquen» un tema mortalmente serio. Mi recomendación: El documental de Stephen Fry sobre el trastorno bipolar. Fry es tan insultantemente inteligente y encantador que incluso ante un enfoque demasiado serio y neutral, consigue momentos de extrema lucidez. Anda por youtube.

    • En realidad no se frivoliza demasiado con la bipolaridad del protagonista. Le quita hierro y lo usa como elemento dramático muy acertadamente durante los primeros y prometedores treinta minutos. Después olvida el tema y comienza el carnaval…

  4. Coincido contigo: Me gusta el comienzo; después siento que la historia resbala hasta que se deciden a bailar en serio. Entonces la película resbala del todo, al estilo de J. Lawrence recogiendo premios.

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