Ha terminado la proyección de «Sombrero de Copa», película que ha sustituido, tras diversos vericuetos, a «La Rosa Púrpura del Cairo» en el cine Jewel al que Cecilia acude compulsivamente para sortear la triste vida que la espera ahí fuera. Cecilia es la última en abandonar su butaca, como cada noche. Eso cree ella, pero en realidad en esta ocasión un hombre moreno, de unos treinta años, que se sentaba tres filas tras ella aguarda sentado que Cecilia se levante. Alcanzan al tiempo la puerta de salida. Él la sujeta cediéndola el paso.
ALEX:¡ Es asombroso! Llevo viéndola sentada en la misma butaca cinco días consecutivos. Realmente debe gustarle esta película.
CECILIA: Oh no, otra vez no…
ALEX: ¿Le ocurre algo?
CECILIA: ¿Es usted pariente de Tom Baxter?
ALEX: ¿Quién es Tom Baxter?
CECILIA: ¿Amigo quizás?
ALEX: ¡¡No, claro que no!! Ni siquiera sé de quién me habla.
CECILIA: ¿Entonces quién es usted?
ALEX: Alguien que ha visto esta película cinco días consecutivos.
CECILIA: ¿Porque le gusta Fred Astaire?
ALEX: Porque me gusta usted…
Cuánto tiempo. No solo saber de la película sino leer estas cosas tuyas irreemplazables.
Liado desde hace meses con historias que requieren todo mi tiempo. Guardo un rato nocturno para reencontrarme con mi casa virtual siempre que puedo. Sin embargo, mis delirios siguen ahí, ya ves…
Alex,
cómo me gusta que recuperes esta faceta de trascribir extractos de guión,igual o más que tus insustituibles listas:)
bsts
Es un diablogo, Troyana. Un fragmento de guión inventado que pretende encajar en una película icónica para mí. Concepto que le robé a Mycroft hace años. El final original es insuperable. Pertenece a una época en la vida de Woody en la que había dejado de creer. Hoy día, exultante como anda, un final como el que yo imagino habría encontrado su hueco.
Besos…
Dejar de creer, volver a creer… Es un combate con uno mismo que nunca tiene fin, y así nos mantenemos ocupados…
Dejar de creer es fácil y recuperar la fe difícil. Así de injusto es. Woody ha recorrido el camino en ambos sentidos varias veces a lo largo de cinco décadas. En esta ocasión, su desencanto tocó techo…