Me gusta acudir a los estrenos de mis películas. A la mayoría de los actores no les apetece perder su tiempo posando y firmando autógrafos a los fans, pero a mí me encanta. Todas esas mujeres jóvenes y de mediana edad gritando que me desean cuando a mí lo que me gustaría es que me deseasen sus hombres.
Soy una máquina sexual para ambos sexos. Es algo extenuante. No imaginas la cantidad de horas que tengo que dormir para estar a punto.
Pienso que Elton John es un caso perdido. Le encanta hablar de su vida caótica, de sus adicciones, de sus amantes, de su bulimia, de la cantidad de drogas que se ha metido. Yo, yo, yo, yo, yo… Lástima de tantas juergas corridas y ningún control para su bocaza.
Un joven periodista australiano me dijo: eres guapo, eres una estrella que gana un montón de dinero con cada una de sus películas, viajas, tienes amigos interesantes… tu vida debe ser apasionante. Sí, le contesté, tanto como la habitación vacía de hotel que me espera cuando acabe esta estrevista.
Colin (Firth) me perseguía todo el tiempo llamándome fag, queer, pussy… No sé, puede que quisiera ligar conmigo. Hacia el final del rodaje le expresé mi admiración. No debe ser nada fácil actuar con una escoba introducida rectalmente. (durante el rodaje de «Otro País»).
Sí, es cierto que dije que los hombres de Hollywood no usan desodorante. Sé de lo que hablo, los he tenido en mi cama.
A Madonna no le gustó lo que escribí sobre ella en mi autobiografía. No dije nada malo, sólo conté alguna intimidad que ella no quería que fuese pública. Es una estrella, y las estrellas están obsesionadas con su imagen. Cuestión de la que los que carecemos de reputación no debemos preocuparnos.
Un ejemplo de la estrella que gusta en América es Jennifer Aniston. Se la ve tan pura, tan graciosa, tan adorable. Para un paleto de Idaho debe ser algo así como la virgen María. Lo cierto es que no he visto ni una película suya que me haya gustado. Y esas actuaciones, siempre con el mismo registro que utilizan los actores que no saben actuar.
La peor película de la historia del cine es «Mamma Mía». Nunca me he reído tanto como viendo el suicidio profesional de Colin Firth. No creo que nadie se atreva a contratarlo jamás. (Firth terminó ganando el Oscar al mejor actor en 2011 por «El Discurso del Rey»).
Si tuviese que poner mi vida en manos de alguien sería en las de Colin Firth. Es mi mayor enemigo, ¿quién mejor que él?
Por fin alguien que reivindica a los que carecemos de reputación.
#fan
Te equivocas. Tanto Everett como tú tenéis una reputación que mantener. Gozosamente vitriólica en grado sumo…
Siempre he pensado que es muy difícil haber sufrido muchas decepciones y no convertirte en un cínico…. creo que cuando una persona desacredita por sistema los méritos ajenos dice más de sí misma que de los demás……¿deja Everett algún títere con cabeza???
Bsos Alex
En realidad todos ejercemos la crítica consciente o inconsciente sobre el trabajo ajeno a diario, Troyana. No creo que se deba comprimir tan amplio espectro en tan estrechos márgenes. Hay críticas elegantes, divertidas, sangrantes, zafias… Everett maneja la ironía con tanta habilidad como la rudeza en otras ocasiones. Sin embargo, su legendaria y muy británica relación con Colin Firth (su querido enemigo) le convierte en un tipo adorable. Con ésto no niego que en otras sea de lo más repelente, porque títeres con cabeza ha dejado pocos. Es visceral tanto en sus afectos como en sus odios…
Besos, Troyana.
Y a mí que me encantan los dos.. (Ruper y Colin). A Colin Firth la primera vez que lo vi fue en la película «Fever Pitch». Me la habían dejado subtitulada y la verdad es que me encantó. Pero Ruper tiene razón con Mamma Mía. Creo que es penosa y que cada actor la hace más penosa todavía con su interpretación. Tiene mucho encanto criticando Ruper, hasta para eso hay que tener clase. Un abrazo, Alex
Tengo un trancazo que ya ni veo lo que escribo. Me he comido la t de Rupert.. sorry.
Está por llegar el día en el que un error tipográfico sea motivo de mi reprobación. Nada que disculpar pues. Mucho que agradecer siempre…
A mí también me gustan ambos. Colin Firth, con su eterno aspecto entre anacrónico y tiernamente fuera de lugar. Everett por su descaro y libertad. «Mamma Mía» es una aberración inenarrable. Aún no doy crédito a mis ojos ni a mi voluntad por haber sido capaz de verla, si bien no completa (misión imposible para mí, me temo).
Un beso, Angéline.
He de reconocer, tal como habéis dicho anteriormente, que criticando tiene su encanto. Todos criticamos y quizá no tan a las claras como Rupert, solemos hacerlo en los corrillos de los compañeros de curro, en los cafés con los amigos,… él lo hace sin tapujos. Lo que ya no tengo claro es si lo hace así porque no tiene miedo a esconderse o si por el contrario, pretende herir a los protagonistas de sus críticas.
«Mamma mía» no la he visto, nunca me ha llamado la atención y respecto a Elton John y Jennifer Aniston, comparto su opinión, quizá no la exprese en «modo sangrante», pero sí considero un bocazas al primero y una actriz de un solo registro a la segunda.
Y en cuanto a ese magnetismo sexual del cual presume, pues tampoco es que me haya eclipsado, ni como hombre ni como actor.
Saludos
La atracción sexual es algo tan personal que sintonizar con alguien es un pequeño milagro. Everett tiene encanto, incluso cuando desbarra, algo que le ocurre con demasiada frecuencia. Interesante eso que dices sobre criticar para esconderse. Supongo que una de las funciones de al hablar (mal) de alguien consiste es ocultar tus propias miserias.
Saludos.
Tengo que reconocer que me impresionó en El Placer de los Extraños de Paul Schrader.Me ha hecho gracia eso de » todas esas mujeres que me desean»…En un primer momento entendí que debía prepararse para estar en forma y cumplir en los sueños de tantas y tantos.Debe ser una sensación muy fuerte vivir con eso.
Saludos
Ocasionalmente es un buen actor. Le sobran ínfulas y afectación. Como cotilla con pedigrí es impagable.
Saludos, Oli.
No tenía ni idea del tipo de humor que gastaba el tipo éste, pero tengo que decir, que me pone un montón las personas que demuestran inteligencia a través del humor, y más si es ácido, cínico y negro…
Pienso como tú: me gustan las personas que utilizan el humor (mejor si es negro y aún mejor si es ácido) para expresar estados de ánimo. Everett se pasa de rosca en ocasiones, especialmente cuando se siente la reina de la fiesta. En otras es sencillamente tan adorable como divertido…