Tracy (señalando una arruga que surca verticalmente el ceño de Isaac): ¿Qué es esto?
Isaac: La prueba de que he vivido.
Tracy (recorriendo la marca con los dedos): Me gusta. Ahora mismo estoy recorriendo tu adolescencia.
Isaac: Pues si encuentras a la señorita Rosenthal dile que se equivocó: no he acabado en la cárcel…
Tracy ríe. Se hace un breve silencio.
Isaac: Te habría esperado, Tracy. Me habría bastado con llamadas telefónicas, cartas y pasajes de avión bimensuales…
Tracy: Sabes que no habría sido así. En una exposición, en un café o haciendo footing por Central Park habrías conocido a alguien, y dos semanas después me hubieses escrito una carta con treinta puntos que confirmarían que lo nuestro era imposible.
Isaac: Tienes razón. De hecho conocí a una chica en una exposición de Hopper, a otra en un café de Little Italy y a otra mientras hacía footing en Central Park. Tienes un don, de veras. Deberías dedicarte a la adivinación o algo así.
Tracy (riendo): Eres un libro abierto para mí…
Isaac: De todos modos, que sea un inmaduro no justifica que te hayas liado con un estudiante de solfeo diez años mayor que tú.
Tracy: Tú eres diecisiete años mayor que yo.
Isaac: Razón de más. A mí ya me tenías. Te habrías ahorrado un montón de horas de esfuerzo tratando de resultarle interesante a alguien.
Tracy: Isaac…
Isaac y Tracy guardan silencio durante unos segundos. El gesto de ambos muestra desconcierto.
Tracy: No es estudiante de solfeo. Ya lo sabes. Es trompetista de jazz y estudia para ser rabino.
Isaac: ¡¡Genial!! ¡¡Un rabino trompetista!! Se me ocurren una docena de chistes y ni siquiera estoy vestido.
Tracy: Dentro de dos horas nos despediremos y probablemente no volveremos a vernos. ¿Quieres pasar el tiempo que nos queda juntos haciendo chistes?
Isaac hace una mueca de desencanto. Se quita las gafas y las deja sobre la mesita situada al lado de la cama. Apaga la luz de la lámpara y recuesta su cabeza sobre el pecho de Tracy.
Isaac (musitando en voz muy baja): Esto no ha terminado, Tracy. No sé cómo ni cuando, pero sé que volveremos a vernos.
Tracy: ¿Qué ocurre ahí abajo?
Isaac: Inaudito, un rabino trompetista…
Manhattan -epílogo improbable- (1979)
Alex,
me encanta Woody,este diálogo es tan triste,tan tierno,tan cómico….todo a dosis equilibradas…pero al final,¿se quedan juntos,verdad? después de todo,¿es tan importante la diferencia de edad? ¿acoso lo raro no es enamorarse y sin correspondido?…..
Besos.
Pues dejo en el aire el si vuelven a encontrarse o no. A gusto del consumidor. En cualquier caso, Isaac y Tracy están condenados a no estar juntos, porque así son las cosas. Enorme «Manhattan». Espero que se me perdone el haber emborronado su memoria.
Debo decir que para mí la diferencia de edad no es importante… pero lo es. Cuando es llamativa, como es el caso de Tracy e Isaac, de algún modo cerca la progresión y la limita a encuentros furtivos y a la exaltación platónica. El amor imposible que tantas historias ha generado. El no correspondido directamente no es amor. Es otra cosa, pienso. Si no hay reflejo todo queda en obsesión. El malditismo decimonónico, tan proclive a la autodestruccion, sabe mucho de eso.
Besos, Troyana.
Me entristece mucho. La película es espectacular. El diálogo, inolvidable.
Un beso.
La película más melancólica que se ha rodado. Tristeza entendida no como derrota sino como consecuencia de la propia vida.
Un beso.