Anoche pensé en él, en el puente, en el ángel, en la mesa camilla de mi casa en Córdoba y una tele Grundig del año mil doscientos noventa. Eso es navidad. Te llamo la noche del 24 sin falta y te hablamos de Bailey un par de minutos.
Esa escena dice tanto. Un puente, una tormenta de nieve, la desesperanza, nochebuena y un hombre sobre él mirando al vacío. Una de las películas más crueles que he visto que no necesita de la hemoglobina para revolver estómagos. Cada vez que la veo, o veo «Juan Nadie», más me convenzo de que Capra era un bipolar no diagnosticado.
Te llamo yo, mañana si te viene bien. Tenemos una charla pendiente, sobre Bailey y tantas cosas más.
Anoche pensé en él, en el puente, en el ángel, en la mesa camilla de mi casa en Córdoba y una tele Grundig del año mil doscientos noventa. Eso es navidad. Te llamo la noche del 24 sin falta y te hablamos de Bailey un par de minutos.
Esa escena dice tanto. Un puente, una tormenta de nieve, la desesperanza, nochebuena y un hombre sobre él mirando al vacío. Una de las películas más crueles que he visto que no necesita de la hemoglobina para revolver estómagos. Cada vez que la veo, o veo «Juan Nadie», más me convenzo de que Capra era un bipolar no diagnosticado.
Te llamo yo, mañana si te viene bien. Tenemos una charla pendiente, sobre Bailey y tantas cosas más.