Fiel a sus obsesiones, Christopher Nolan continúa indagando en el sueño y la memoria en su nuevo trabajo: «Origen». Arrasadora entre críticos, rompedora en la taquilla, lo importante parece ser la catarata de elogios recibidos que saludan a Nolan como un definitivo genio. Se hace constante referencia a los brillantes precedentes del director tras la cámara. Se insiste en que la mitología andamiada en torno a su obra apuntan hacia las inquietudes de alguien que saber ver. Sin embargo, las salas que proyecta su nuevo trabajo, siguen sin dispensar las aspirinas necesarias para soportar un nuevo salto hacia un nuevo nivel de sueño ignoto…
Para Nolan, mucho más interesante cuando no se preocupa del hale-hop final, el estruendo es fundamental para dar énfasis a una trama que mezcla el espionaje industrial de ínfulas mafiosas y la nebulosa de las vidas que nunca existieron (o tal vez sí) vividas con los ojos cerrados. Dom (Leo DiCaprio) es un «extractor» especializado en hurgar en los sueños ajenos para conseguir información. Tras una fracasada misión, es reclutado por Saito (Ken Watanabe) para realizar un trabajo poco menos que suicida a cambio de recuperar a sus hijos, a los que no ve desde hace años. En todo ésto se mezcla una aprendiza de bruja (Ellen Page), una esposa muerta muy viva (Marion Cotillard) y un empresario que terminará siendo «concienciado» gracias a la habilidad de los ladrones de sueños.
Hasta entonces todo bien. Hacia el final, tras dos horas y media que trascurren con los adecuados sobresaltos y sin que asome la fatiga, casi mejor. Cierto que dudo que haya un espectador en el mundo que no se haya perdido por entonces en su laberíntica trama. Cierto, también, que el interés (que no la fascinación) crece a medida que la película avanza. Pero el olor a plástico persiste. Algo falla, y no son la lagunas de un guión enfocado hacia un previsible final en forma de bucle. Falla el ánimo que mediada la película renuncia a cualquier intención transgresora. Se pierde la curiosidad del espectador por encontrar una salida al embrollo. Y brota esa curiosa cualidad de Nolan por aburrir a su audiencia durante media hora para después sacarle del sopor sacudiéndole con un nuevo golpe de efecto.
Es posible que todo esto no sea más que un juego de manos más del director inglés. Tal vez la gran cualidad de «Origen» sea su capacidad de evocación. El modo de crear la expectativa, mientras se espera a que la proyección comience, de que se está a punto de presenciar algo único. La razón del prestidigitador. Por esa razón «El Prestigio» deslumbra y «Origen», dando razones al capricho goyesco, genera un sueño que produce monstruos.
Me encanta el título del post… Nolan consigue efectivamente que nos duela la cabeza al igual que cuando intentamos reconstruir un sueño y sin duda la pelicula puede o no gustar pero que Nolan sea capaz de meter a millones de espectadores en salas de cine con tal tremendo mindfuck y que salgan satisfechos, no se si tiene merito artistico pero sí industrial…
A mí me gusto mucho esta interpretación por cierto:
http://www.escolar.net/MT/archives/2010/08/no-leas-esto-si-aun-no-has-visto-%E2%80%98origen%E2%80%99.html
Un fiasco monumental y una gran jugada comercial. Todo consiste en revestir con una adecuada presentación una película dolorosamente vulgar y presentarla como una obra capital que marcará una época.
Como Escolar, pienso que la peonza cae. Aunque lo realmente preocupante es que haya dedicado más de dos segundos a semejante Macguffin.
Tediosa, pretenciosa, grotesca en ocasiones, de un simbolismo obvio (Ariadna, laberintos) y en general, una película calculada al milímetro para tomarnos el pelo. Ni es ciencia ficción de ideas, ni es una buena cinta de acción, ni es visualmente deslumbrante, ni siquiera explota la mente humana: Es un psicodrama en el que se reitera una y otra vez la culpa de forma burda y grosera para que dicaprio ponga carita de compungido.
Explicito y sin piedad, Mycroft. En mi caso no he afilado el cuchillo con tanta saña. Fallida, pretenciosa y simplona en su fondo pese a su envoltorio laberíntico. Se pierde en elementos no utilizados y se malgasta al edificar una simbología propia que después termina derrumbandose por pura desidia. Una decepción mayúscula que incide en un sentimiento de culpa (como bien apuntas) de manual y sin las aristas necesarias para hacerlo creible.
Pues yo no la he visto aun. Fui al cine y no había entradas. En mi twitter casi todo el mundo la recomienda y la ponen por las nubes. Me fío mas de tu criterio. La veré para pasar un buen rato sin mas.
Saludos
Está pegando fuerte en taquilla y entre el público más joven e impresionable. Sinceramente, para mí no pasa de ser una ida de olla monumental. Confío en que me cuentes qué te pareció.
Saludos, Oli.
Pues no la he visto .cinco semanas sin cine , ni televisión, ni internet …ni teléfono que tuvo la amabilidad de tirarse al agua la primera semana de vacaciones.Por cierto he recuperado el número pero he perdido la agenda…agradeceré llamada.
Y por de pronto antes de «Origen» y para ponerme al día aguardan «Toy Story 3» y la última de Woody.
Besos a la princesa cumpleañera!!
Cinco semanas de paz las tuyas. Te envidio, créeme. Debieron ser una vacaciones de lo más placenteras las tuyas.
Te llamo en unos días, Mary Kate. Hace tiempo que no charlamos y se impone una puesta al día.
Besos.