Los Márgenes…

A lo largo de su carrera Rodrigo García ha demostrado que la escritura en los márgenes, aquello que no se ve, es más densa y gruesa que la que ocupa la parte estelar de los cuadernos. Los renglones torcidos suelen contener información más valiosa que los impecablemente rubricados.

Uno de esos renglones torcidos es Karen (Annette Bening), madre soltera a los catorce años que ya en la cincuentena mantiene intacta la angustia de haber dado en adopción a su hija. Ésta es Elizabeth (Naomi Watts), una dura abogada que traslada a su vida privada los valores de su profesión. Fría y desligada a cualquier lugar, persona o emoción, no busca culpables bajo la campana de cristal que la separa de la vida. En otro lugar y plano se encuentra Lucy (Kerry Washington), joven obsesionada con la idea de ser madre capaz de romper su matrimonio si supone un obstaculo para lograr su meta.

Dispuesto el mantel, el festín ofrecido por García es generoso con el espectador pese a la innumerable cantidad de trampas, lugares comunes y encaje forzado de piezas que contiene la cinta. De previsible final casi desde el principio, el director prefiere ofrendar un frenesí calculado, siempre con el freno de mano echado, a la catarata de emociones al que semejante melodramón parecía abocado. Su palabra no suena falsa, pero el eco que se nos devuelve apenas se oye. Tal vez sea ése el mayor defecto atribuible a la película, la autocomplacencia en la que se regodea con matemática frecuencia.

Al final quedan unas interpretaciones entregadas a un material peligrosamente cercano a lo lacrimógeno y una sensación de déjà vu excusable si nos atenemos al estilo de su autor. Un contador de historias notable al que deberíamos regalar una gafas de más amplio espectro. Dejando, eso siempre, los márgenes lejos de la mirada general. Por no viciarlos, digo.

4 pensamientos en “Los Márgenes…

  1. Alex,
    he leído con prudencia tu entrada porque tengo muchas expectativas puestas en «Madres e hijas».Rodrigo García es un interesante director de actrices,quedé rendida ante él con «Cosas que diría con solo mirarla» y ahora cuando supe de este último trabajo y de su temática,no pude contener mi interés,de hecho,todavía estoy buscando convencer a alguien de mi entorno para verla en el cine en versión original,ardua tarea;)
    En fin,que me interesa el poderoso vínculo entre madres e hijas,que veré la película y que casi inevitablemente,le dedicaré una entrada.
    Un abrazo veraniego y vacacional.

    • A mí la peli no me disgustó, pero no pierdo la cabeza por ella. Mis espectativas eran altas y lo que recibí a cambio, decepcionante. Obsesionado por cuadrar de cualquier modo las piezas del rompecabezas, García se olvida de soltar un par de muescas del sólido cinturón que encorseta a la película. Una cosa es su indudable estílo visual y narrativo y otra el estancarse en determinada charca. En fin, ya leeré qué te pareció a ti.

      Abrazo, Troyana.

  2. A mí me gustó mucho 9 VIDAS, no sé si en esta mantendrá el nivel, pero habrá que verla. Le noto, eso sí, un saludable gusto por alejarse lo más posible de su ilustre papá…

    • A mí también me gustó «9 Vidas». Tres de sus segmentos son sencillamente obras maestras. Lo del alejamiento (saludable) de la sombra paterna lo subscribo. Posee una notable visión. Únicamente me gustaría que no fuese tan esquemática y autocomplaciente en ocasiones. Que lo es…

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