Como Jack London debió soñarlo…

Werner Herzog continua su búsqueda de personajes fuera de tiempo, lugar o dimensión en «Grizzly Man» y se encuentra con un tipo que reune las tres condiciones. Fuera de tiempo porque Timothy Treadwell poseía el aliento de los aventureros de finales del siglo XIX y principios del XX. Fuera de lugar porque cuando se adentró en Alaska ya apenas quedaban lugares vírgenes, y desde luego el estado helado no era uno de ellos. Y de otra dimensión porque su entusiamo cuasi infantil le sitúa en alguna de las dimensiones paralelas que se formulan en la Teoría de las Cuerdas.

Herzog echa mano de su humanidad rayana en la esquizofrenia a la hora de entrevistar a los que trataron a Treadwell pero no le conocieron. Un guardia forestal que asegura que Treadwell se estaba buscando lo que le sucedió; una ex-novia que finge pesar tras lágrimas falsas cada vez que una cámara la enfoca; sus padres, que se lamentan de no haber sabido descifrar a su hijo… En realidad nadie lo supo hacer. Treadwell enfatiza constantemente la primera persona durante sus filmaciones. Tal retahila de yoes no muestra a un egocéntrico sino que oculta el ansia de un hombre efímero, antiguo camarero de una hamburguesería, por hacer algo bien. Por saber que lo que está haciendo sirve para algo. Las dudas asaltaban al hombre de los osos cada vez que veía uno de sus protegidos desollado por un furtivo. Lágrimas por el animal «salvaje» que en realidad él siempre soñó ser.

Solo, siempre solo, en el momento de su muerte se encontraba acompañado por su novia, Amy. Herzog elude el morbo de mostrar la grabación de su muerte, pero señala en varias ocasiones que la novia de Treadwell, aunque temía a los osos, estaba allí. No hay mayor prueba de amor que enfrentarse a lo que se teme por el otro. Herzog muestra una fotografía de ambos a los pies del hidroavión que les transportó en su último viaje en la que Treadwell toma firmemente de la mano a Amy. Y entonces el Herzog marciano encuentra a su semejante.

Herzog es consciente de que el trabajo de Timothy Treadwell fue estéril. Los furtivos seguirán cazando y los límites del parque menguando conforme se halle petroleo o gas a su alrededor. Y es más que seguro que su recuerdo se podará día tras días hasta no quedar nada más que el documental sobre un lunático filmado por otro lunático.

10 pensamientos en “Como Jack London debió soñarlo…

  1. No he visto la película pero Werner Herzog es de mis directores favoritos.Y mi preferida es Cerro Torre ,una película»menor»con un duelo entre alpinistas que a mi me apasiono.
    Saludos

    • Cuando la veas, Oli, te va a impactar. Más si te gustó «Grito de Piedra», aunque como documentalista a mí me atrae casi más que cuando rueda ficción. De hecho, sus documentales son en realidad ficciones sobre tipos irreales. De película menor nada, por cierto.

      Saludos, Oli.

  2. Vi el documental hace poco y es sencillamente brutal… es curioso como los osos tienen en el imaginario colectivo esa imagen de tiernos y dulces osos de peluche, cuando la realidad es que es un animal majestuoso y depredador…

    • Sí que lo es, Amaya. Brutalmente hermoso. Hay una escena en la que los padres de Treadwell muestran el oso de peluche que tenía de niño y se preguntan si influyó de algún modo en su destino. El oso de juguete tenía la misma expresión dulce y acogedora que él veía en los osos reales.

  3. Es una película terrible. Treadwell quiere desesperadamente fundirse con el paisaje, ser parte de él. Las referencias al comportamiento caníbal de los osos, ahora que lo pienso, son bastante escalofriantes…Treadwell forma parte de la manada y es devorado como uno más.

    • Es terrible, sí. Un documental bellísimo sobre un tipo fuera de lugar, de esos que tanto atraen a Herzog y a mí mismo. Hay un momento, mientras escucha la grabación de la muerte de Treadwell, en el que Herzog se pregunta por qué no intentó huir al ser atacado. Lloraba y trataba de salvar a su novia, pero no trató de huir. Es como si desease ser devorado por un oso y de ese modo poder formar parte de lo que tanto amaba.

  4. Visioné hace un tiempo esta cinta de Herzog y me dejó un sabor de boca agridulce. Un personaje exhibicionista e infantil, recreando su paranoia naturalista hasta ser devorado por ella. Sin embargo, no deja de atraer mientras estamos pegados al sillón de casa, viendo cómo se graba en plan voyeur. Cuando terminas de ver esta película, ese interés se diluye y pronto reaparece la sensación de haber estado viendo a un payaso inconsciente en buaca de unos minutos de vanagloria.

    Los héroes contemporáneos quizá se vistan de esa guisa.

    • Sin duda Treadwell es un tipo exhibicionista e infantil. Pero la naturaleza del personaje, en manos de Herzog, va mucho más allá. Elude la burla (sería demasiado fácil) y se centra en sus motivaciones y en tratar de entender el mecanismo del fracaso que le llevó a viajar en busca de los osos. La película, a mi parecer, es excelente. Un retrato certero de lo efímero y lo ilusorio encarnado en un tipo demasiado complejo para etiquetarlo simplemente como un idiota. Timothy Treadwell fue cualquier cosa menos un héroe, pero desde luego no le entiendo como un idiota.

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