Apedreemos a «Lost»…

Los guionistas de «Lost» están metidos en un problema muy serio. Para sus fans sería muy duro que la respuesta final no fuera plausible.

Chadwick Matlin, crítico de la revista Slate

Matlin es un eslabón más de la cadena de moda consistente en apedrear «Lost». Están los foros del mundo de mentira, los abandonos en masa de sus seguidores e incluso los grupos de Facebook que airean su miedo a que el último episodio les desagrade. Todo lo anterior parece no importarle a nadie. Todo se reduce a una única carta.

La serie creada por J. J. Abrams ha cometido el peor error imaginable, convertirse en referente de una inmensa minoría para más tarde lograr que los frikis de todo el mundo la convirtiesen en la razón de su existencia y en el motivo que hizo echar humo a sus PCs. Todo ello para ahora descubrir las cartas demasiado pronto, dejando entrever que en ningún momento los responsables de la serie supieron hacia dónde se dirigía la trama. En otros palabros, improvisaron sobre la marcha un nuevo lenguaje fílmico basado en ganchos correlativos que atrapasen el interés de un espectador siempre con tragaderas suficientes para creer lo que le echasen.

Ahora que las preguntas se centran en el monstruo de humo, en los osos polares o en las piscinas resucitadoras todo indica que no fueron más que artificios utilizados para hacer avanzar una trama pensada para una única temporada y que el éxito de audiencia llevó hasta una sexta entrega. Ahora que «Lost» ha creado escuela y las series nacidas a su sombra se multiplican (desde «Fringe» hasta «Flashforward»), comienzan a equiparar el presumible fiasco final con el de «Twin Peaks», olvidando que pocas cosas hicieron más desgraciado a un ser tan críptico y sensible como David Lynch que el dotar de un final reconocible a su memorable serie.

La moda consiste en apredrear «Lost» porque ya no mola, porque han perdido el oremus, porque es una tomadura de pelo que ha hecho perder 90 horas de vida a sus seguidores. Nada de lo anterior importa, insisto. Cada salto al vacío es ahora comprendido como una burla. La filosofía de chichinabo creada en torno a la isla, y que muchos estudiaron lo suficientemente a fondo como para sacar conclusiones que la equiparaban al I Ching e incluso a budismo más simplón, es ahora cuestionada e incluso negada ignorando que en realidad nunca se tomó en serio a sí misma. La desazón inunda a los seguidores más gafapastas de la serie, mientras que a mí el penúltimo episodio («Ab Aeterno») me pareció el mejor, más gamberro y transgresor de la saga y el final me importa un pimiento tras el camino tan placentero que me ha brindado. Cuestión de pareceres.

8 pensamientos en “Apedreemos a «Lost»…

  1. Hace uno o dos años ya despotriqué contra todos los que resumen horas de maravillas en un desenlace. ¿Por qué tienen que contestar a nada? ¿Cuando el espectador es dueño de la ficción de un autor y le exige un final concluyente?
    Lo importante es el viaje dijo Kavafis. El universo de Lost tiene coherencia interna, y si lo que buscamos es una comprensión exhaustiva, es que no somos adultos.
    Somos niños que no nos merecemos los cuentos maravillosos de mil y una noches de Lost.

    • Exacto, me parece una gilipollez mayor el ver una serie durante seis años sólo por desvelar su final. Si el camino ha sido satisfactorio también lo será su final, sea cual sea. «Lost» ha sentado catedra en el mundo de la ficción y ha cambiado para siempre tanto el modo de guionizar una serie como el de seguirla. No pretendamos embalsar el océano. Es absurdo buscar respuestas definitivas cuando toda respuesta genera tres preguntas a su vez.

    • A mí es que «Lost» me gusta mucho. Me parece de lo mejor que ha dado la ficción (y no lo limito únicamente a la televisión) desde que Homero se sacó de la manga su Odisea. Pero vamos, por preocupaciones será…

  2. Abrahams se piró de la serie hace unas temporadas, Lindeloff y el resto de gente en la que delegó son los que nos han dado todas las horas de maravilla.

    A Jules Verne, o a Robert Stevenson, no les pedimos que nos demuestren que sus cohetes a la luna o sus islas son plausibles en nuestro universo, sino que lo sean en el que ellos crean.

    Igual ocurre con la Marvel, aceptas sus premisas, y aceptándolas, simplemente disfrutas del espectáculo.

    • El mérito es de un equipo más que de Abrams. Él fue un gestor que se limitó a supervisar directrices y luego delegó en otros. Lo de los finales plausibles, ya digo, me parece lógico que se solicite siempre dejando que sea el autor el que lo delimite. Si aceptas fundirte en su mundo no pretendas marcarle un camino a seguir.

  3. yo creo que las parejas que se han creado,los hijos que se han engendrado y nuestros fracasos personales entre temporada y temporada eran tan solo cosas que haciamos mientras esperamos el desenlace de lost

    • jajaja… Pues ha debido ser una espera de lo más placentera si se ha dedicado a engendrar (se haya tenido o no éxito). Espero que ese desenlance no decepcione demasiado. Yo me doy por pagado con todo lo anterior.

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