Cuestión de Tetas: The Third Wave (and Update)…

Pues sí, vuelvo por tercera vez al posteo más exitoso que ha generado este lugar (con permiso de las estrellas porno muertas y los alegres penes). Y es que dos tetas tienen, sobre el género machuno, un poder ilimitado. Doy fe de ello (aunque no tengo), pues hace unos días, al colgar en el flickr algunas fotos que ilustrasen como son los días en el valle de San Fernándo, me encontré con una de las fotos subidas acaparando 30 vistazos antes de que estuvieran las demás cargadas. Fue cuestión de segundos, por no decir milésimas. Hubo incluso quien la marcó como favorita. Insisto en lo acertado de aquel viejo refrán de las carretas…

Para empezar, convendría echar un vistazo a este vídeo…

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No, la supermodelo Heidi Klum no se ha vuelto loca. Está promocionando un evento creado para las mujeres pero pensado para los hombres. Los tipos de Victoria’s Secret no necesitaron demasiado tiempo para darse cuenta de que sus catálogos y sus desfiles son consumidos por más hombres que mujeres. La Klum sólo está dando a la audiencia lo que quiere.

Como hace Jenny McCarthy. Aquella chica playboy metida a actriz, es además muy célebre en los States gracias a sus apariciones televisivas y su mala lengua. Contó la McCarthy en una ocasión como Steven Seagal le sometió a un casting muy “especial” en la habitación de un hotel. No había asistentes, ni otras aspirantes al papel más que ella misma. De hecho, por no haber no había ni cámara. Ante la petición de que le mostrara sus pechos (se veía venir) la mosqueada McCarthy se negó. Y lo hizo a su manera: “Si quieres verme las tetas compra el Playboy”…

Por entonces, la McCarthy estaba casada con John Mallory Asher, el desgarbado rubio de la pareja de nerdies de la serie televisiva “La Chica Explosiva”. Remake para la caja tonta de la película de John Hughes. Él, metido a director, no perdía ocasión de colocar a su chica en los castings de sus películas. Ella, siempre hablaba de él con amor y respeto. Se separaron hará un año. Y hoy cobra sentido el letrero de aquella camiseta húmeda que lucía la McCarthy en un reportaje del FHM yankee…

Jenny se operó los pechos a los veintipocos años. Decía que eran tan pequeños que le hacían sentir insegura. Todo lo contrario de lo que ocurre en Japón. Allí lo pequeño manda. Están obsesionados con las cosas diminutas (por algo será). Así que, al ver este vídeo, se puede acusar a los chicos de “Family Guy” de cualquier cosa menos de faltar a la verdad…

En occidente no tenemos tantos prejuicios. Al contrario, cuanto más grande mejor. La mujeres de pecho generoso son tan veneradas como en lo fueron en la prehistoria. Y si enseñan sus protuberancias mucho mejor. En ese sentido las estrellas porno juegan con ventaja. Alimentan fantasías a través de un cristal y no tienen por qué justificarse. Simplemente hacen felices a sus fans. Por ello, no faltan las convenciones “adultas” en la que aparecen unas cuantas vistiendo su uniforme de trabajo…

Y es que dice la ciencia que la mujer soltera utiliza los escotes para atraer al macho (casi) siempre en celo. Sea o no cierto, lo que si parece verdad es que las mujeres con matrimonios infelices suelen olvidar la función de los sostenes. Y prefiero mirar hacia otra parte al ver a Katie Holmes, señora de Cruise, sin sostén y a lo loco…

En las versiones gordas de la foto, se puede ver la línea de sus senos e incluso la aureola del pezón. También se la ve muy desmejorada. ¿Le dará Tommy mala vida?

Sin problemas en el campo de la buena vida parece desenvolverse Uma Thurman…

Además del clon de Boris Becker morreándose por detrás y del tipo con gafas (¿Fisher Stevens?) señalando el balconazo de la Thurman, esta foto se hizo tremendamente popular a causa del estado etílico de la rubia actriz. En plan bíblico, sólo añadiré que el que esté libre de pecado que tire la primera piedra.

Y se podría empezar con el militar canadiense que sigue con suma atención el discurso de una reportera televisiva…

Eso es concentración, sí señor. Con diez tipos como éste nuestras fronteras están seguras. Si le llegan a preguntar qué estaba diciendo la reportera, seguro que hubiera contestado: ¡¡pezón!!

Y es concentración la cuestión principal si eres tenista. El noble deporte que inventaran los ingleses en el siglo XIX requiere de mucha concentración, potencia, colocación… y no tanto un buen escote como el que luce con frecuencia la tenista Bethany Mattek. Demasiado para un recogepelotas en plena efervescencia sexual…

Ella parecía buscar cierta complicidad tras perder un punto y se encontró con un escáner completo al que se vio sometida. Después del partido, la foto levantó una polvareda semejante a la que lo hizo su colega Elena Dementieva en el Master de Madrid de 2006, cuando acusó a un recogepelotas de estar mirándole el culo durante el partido. Como consecuencia, se prohibió a los chicos de pista que mirasen a las tenistas en el trascurso de los puntos. Y si quieren hacerlo, que se vayan a la grada, que al público no le prohíben mirar… todavía.

Los instintos son difíciles de controlar, la verdad. Y es que, si eres un hombre es ver una teta y ponerse a babear. Todo lo contrario de lo que le ocurrió a Andy Rodick al ver a un paparazzi haciéndole fotos a él y a su entonces novia, la actriz Mandy Moore…

Ahí está, agarrándole el pecho izquierdo como el que dice: “Esto es mío, qué pasa”. Y no se pierdan la expresión de ella, pero que coño hace este tío style. Andy nunca será el sucesor de John McEnroe, pero a juzgar por su vida fuera de pistas podría serlo de Lorenzo Lamas.

Hay momentos buenos, hay momentos malos y hay momentos para el desbarre. Chewbacca lo tiene claro, casi tanto como Carrie Fisher, propietaria de un saludable y destroyer sentido del humor. Ambos se unieron para gastar esta broma durante el rodaje de la segunda entrega de “Star Wars”.

Tanta tensión sexual no resuelta con Han Solo y resultó que aquello de donde hay pelo hay alegría era cierto.

Y aunque las frases hechas suelen chirriar, no lo hacen tanto como los cuellos de los espectadores (principalmente masculinos) de la ceremonia de premios ShoAwards celebrada en Las Vegas el pasado jueves, cuando el vestido de Katherine Heigl amenazó con venirse abajo.

Al final aguantó milagrosamente y la contemplación de lo que en los States llaman Mount Heigl siguió siendo privilegio de su afortunado marido, Josh Kelley.

Aunque seguro que el tipo más afortunado del mundo se sintió el sedicioso señor que babea ante el escote de Scarlett Johansson en la entrada de un pretérito estreno…

Dijo no hace mucho tiempo la Johansson, poco dada a los convencionalismos políticamente correctos, que sus pechos son la parte de su anatomía de la que se siente más orgullosa. De hecho, aseguró que su marido, el también actor Ryan Reynolds, es incapaz de dormir sin tenerlos a mano. Supongo que, como dijo el marido de Christina Hendricks saliendo en su defensa tras ser considerada una chica demasiado grande por cierto modisto, se enamoró de ella y dio la casualidad de que las tetas venían en el lote. Siempre estuve seguro de que el amor es lo único con capacidad para cegar.

En fin, que mi incorrecta y con seguridad mal entendida trilogía dedicada a los pechos femeninos termina aquí. Y lo hago recordando una frase de Manuel Vázquez Montalbán que no conviene olvidar: «Lo más profundo en el sexo es la piel».

Y fin.

3 pensamientos en “Cuestión de Tetas: The Third Wave (and Update)…

    • No es cuestión de perseverar (aunque nunca viene mal hacerlo). Es que después de lo dicho poco me queda que añadir.

      Colosal la Thurman, sin duda. Y aunque no le quede del todo bien ese escote a Scarlett, y parafraseando a Carlos Berlanga, ¿a quién le importa? Sería sexy incluso con un huevo podrido en la cabeza (al más puro estilo Cary Grant).

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