«Querida mía, no es fácil escribir por el frío. Setenta grados bajo cero y nada más que nuestra tienda de campaña para guarecernos. Lo peor de esta situación es que nunca te volveré a ver. Hay que afrontar lo inevitable. Cuando el hombre adecuado llegue para ayudarte en la vida, debes volver a ser tan feliz como yo lo fui a tu lado. Sólo espero ser un buen recuerdo para ti. Cuida de nuestro de hijo y procurale una vida feliz. Es tal mi fracaso, el haber perdido a Oates y el no envejecer a tu lado, que no el ver la bandera de los noruegos ondeando en el Polo Sur. Siempre estaré a tu lado. Te quiero. Robert»
Extracto de la última carta escrita por el capitán Robert F. Scott a su esposa Kathleen.
No deja de emocionarme ese gesto de desprendimiento y generosidad que implica invitar a la persona que amas a rehacer su vida al lado de otra persona.Aun en situaciones limites como la que se adivina.
bss
El amor, el verdadero, no puede ser egoísta porque supone la entrega al otro. El capitán Scott quiso de verdad. Afortunado él.
Besos, Troyana.
gracias por recordarme que estoy viva…
A veces, especialmente en los últimos meses, me pellizco para comprobar que yo lo estoy (cuando estás acostumbrado a estar jodido, no es fácil asumir la felicidad)
Tremenda historia que, como tantos, conocí en mi adolescencia a través de la canción de Mecano.
Eran otros tiempos.
Dramática historia, sí. Historia que me acompaña desde niño, mucho antes de conocer la canción de Mecano. Canción que me parece horrible (detesto a Mecano) y engañosa. Recuerdo la estrofa final: ¿Quién se acuerda del capitán Scott? La respuesta es que casi todo el mundo y la pregunta correcta sería ¿Quién se acuerda de Amundsen?…