«El Mismo Mar» de Amos Oz cuenta las historias cruzadas de varias personas que a veces comparten sangre, otras caricias y casi siempre soledad. Albert es un asesor fiscal jubilado que pierde a su esposa tras una larga lucha contra el cáncer. La muerte de Nadia influirá en el devenir de su entorno al punto de que Rico, su único hijo, comience una larga huida hacia adelante que pasa por Nepal, maduras prostitutas portuguesas y una desazón que crece con la distancia. Tras su marcha, Dita (su novia) ocupará la habitación de Rico invitada por Albert. Con el paso de los días, Albert y Dita se enamorarán bajo el recuerdo de los ausentes.
Amos Oz mezcla la poesía con la prosa en su relato. En la línea de «La Tregua», los amantes asimétricos (él ha sobrepasado su sexta década de vida, mientras ella apenas supera la veintena) utilizan los versos para fantasear con imposibles.
DITA
Mi mano en el heno de tu pecho envejecido
recoje paja para hacernos un nido
ALBERT
Su mano suave en el heno de mi pecho
sobre su mano mi mano arrugada
ella con mi soledad
yo con su soledad
Alex,
la película tiene una pinta estupenda.No sé quién dijo,creo que M.Benedetti que» la soledad a veces puede ser una llama» que nos una,y es cierto.Así es en el caso de Dita y Albert,imagino además con esa barrera de la diferencia de edad,otro prejuicio más a salvar.
Afortunadamente,no se puede poner diques al mar….
1 abrazo
El poema que menciona Troyana es «Canje» de Benedetti, mi favorito de él, lo dejo aquí:
Es importante hacerlo
quiero que me relates
tu último optimismo
yo te ofrezco mi última
confianza
aunque sea un trueque
minimo
debemos cotejarnos
estás sola
estoy solo
por algo somos prójimos
la soledad también
puede ser
una llama.
Pues sí,Amaya!justo ése!;)
Se trata de un libro en realidad, Troyana. Compleja tarea la de llevarlo al cine con esos constantes saltos temporales, de situación y entre poesía y prosa.
Ambos se parecen mucho en realidad. Más que la barrera generacional es la traición y el amor hacia su hijo y su novio, lo que les detiene.
Sí, conozco ese precioso poema, Amaya. Precisamento lo leí por primera vez un mes de mayo del pasado año. También es de mis favoritos de Benedetti.
ja,ja,ja,ja.vaya qué obsesión la mía por «cinefilarlo» todo;)
Culpa mía, en realidad. No detallé si hablaba de una película o de un libro. 🙂