Famosos y Porno…

Posteo escrito por mí y editado por el Sr. Yume (el mérito del trabajo gráfico es todo suyo) para ser publicado en su blog «Tierras de Cinefagia» hace muchos meses…

Desde que Stanley Kubrick considerara, allá por los sesenta, la posiblidad de filmar una película pornográfica protagonizada por estrellas de Hollywood, la fantasía de ver a rostros famosos en pleno acto sexual ha acompañado los pensamientos más morbosos de cualquier hijo de vecino. Dejando al margen los múltiples vídeos caseros de famosetes de todo pelaje que circulan por la red, no deja de ser sorprendente la considerable cantidad de rostros más o menos conocidos que han probado suerte en la industria azul. Ya fuera un pecado de juventud perpetrado para pagar el alquiler, un recurso desesperado por conseguir llamar la atención perdida, o el último escalón en la caída a los infiernos de una antigua estrella televisiva, lo cierto es que se cuentan por docenas los casos de famosos que han mostrado al mundo la flor de su secreto. Éstas son algunas de sus historias…

Pocos son los que no han echado un vistazo al vídeo casero que Pam Anderson y Tommy Lee filmaron durante su luna de miel. Fue un vídeo robado, como robados fueron otros que llegaron más tarde. Sin embargo, en el universo de los vídeos caseros, como en el del documental, también existen los vídeos falsamente robados, osease, aquellos filmados y comercializados con el consentimiento del interesado a cambio de una ración de dólares.

Entre ellos se encuentra el filmado por Dustin Diamond (sí, el lamentable Screech Powers de «Salvados por la Campana”), quien, forzado por una penosa situación económica que amenazaba con embargar su casa, decidió contratar a un par de prostitutas y filmar un casposo vídeo casero titulado con un oportuno “Saved by the Smell”, que sirviese para aliviar su desecada cuenta corriente.

En la misma línea de actores infantiles caídos en desgracia cabría situar a Jaimee Foxworth. La que interpretara a la hija pequeña del matrimonio Winslow en la sitcom “Family Matters”, vio reducido su papel paulatinamente hasta desaparecer por completo 53 episodios más adelante. Lo que siguió fue una adolescencia marcada por la depresión, el alcoholismo y las drogas tras decidir un juez que todo el dinero obtenido durante su permanencia en la serie (alrededor de medio millón de dólares) podría ser utilizado por sus padres para esquivar la bancarrota familiar. No se supo más de ella hasta que en el año 2000 reapareció camuflada bajo el pseudónimo de Crave en una serie de películas pornográficas de línea étnica. Abandonaría la industria azul poco más tarde, con apenas nueve películas filmadas, tras reconciliarse con su madre públicamente en el programa de Ophra. Pero éso forma parte de otro tipo de pornografía.

De las motivaciones que llevaron a Scotty Schwartz a introducirse en el mundo azul, poco se sabe. Tras convertirse en un rostro popular en los ochenta al protagonizar la entrañable “Historias de Navidad” de Bob Clark y el vehículo a mayor gloria de Richard Pryor “Su Juguete Favorito”, Schwartz desapareció para emerger mediados los noventa como protagonista de la cinta triple X “Scotty’s X-rated Adventures”, vídeo en el que mostraba limitadas actitudes para el género pese a ser apadrinado en su alternativa hard por la gran estrella del momento, Juli Ashton. Pese al decepcionante debut, la industria no se olvidó de él, proporcionandole multitud de papeles sin contenido sexual a lo largo de los años siguientes, AVN Award (Oscar azul) incluído. En 1998, tras romper el agitado romance que mantenía desde hacía años con la pornstar Anastasia Blue, abandonó el Valle de San Fernando para no volver. Hoy día reniega de su pasado porno mientras trata de reinsertarse en el mainstream hollywoodiense. Otra estrella infantil reconvertida en estrella porno fue Holly Sampson. Tras aparecer en las series “Mis Dos Padres”, “Matlock” y en la película de culto adolescente “Pump up the Volume”, consiguió cierta celebridad al interpretar a la novia de verano de Kevin Arnold en “Aquellos Maravillosos Años”. Tiempo en blanco después, reapareció en películas de contenido adulto no pornográficas para terminar probando suerte en el universo porno de la mano de los estétas Nick Orleans y Nicholas Steele bajo el nombre de Nicolette. No convencida por su experiencia hardcore, reaparecería dos años más tarde convertida en una más de las sucesoras de Sylvia Kristel al hacerse con el papel de Emmanuelle en una serie de películas para televisión producidas por Play Boy TV.

Dentro de la leyenda sin corroborar el caso de Austin St. George brilla con luz propia. El que fuera primer Power Ranger Rojo desapareció de escena hace años. Entonces se comenzó a especular con una hipotética carrera dentro del porno que nadie ha podido confirmar ni desmentir. En concreto, son muchos los que aseguran que se trata de Brock, estrella del porno gay habitual tanto en películas como en sitios web de contenido homosexual. A falta de confirmación, mejor dejar el rumor en cuarentena.

Pero en ocasiones la fama llega después de los escarceos. Muy conocido es el caso de Sylvester Stallone, quien protagonizó el pornete Italian Stallionacuciado por la ausencia de oportunidades que le ofrecia el cine convencional. Susan Kiger, playmate de enero del año 1977, supo esconder a la escrupulosa revista editada por Hugh Hefner su participación en la película porno “Deadly Love”, lo que le permitió firmar una breve pero fructifera carrera posterior centrada en series Z de moderado contenido erótico.

El caso de la bellísima Kristine Debell fue distinto. Aceptó protagonizar la comedia porno “Alice in Wonderland” en un momento en el que el cine X conservaba parte del halo contracultural que le fue otorgado por no pocos intelectuales de la época. Impuso como condición no participar en escenas que incluyesen penetración, limitando su aportación sexual a lo oral. Fue su primer papel delante de una cámara y su última incursión dentro del género. Después, recondujo sin problemas su carrera hacia el mainstream. Participó en innumerables series televisivas, trabajó junto a Bill Murray en “Meatballs”, se convirtió en la más bella testigo de los mamporros de Jackie Chan al coprotagonizar “La Furia de Chicago” y se coló en cada hogar estadounidense al aparecer regularmente en un popular culebrón. No estuvo mal para alguien que comenzó su carrera practicándole una felación al conejo blanco que inventara Lewis Carroll en su día.

También procedente del porno, y con restricciones en materia sexual, llegaría Michelle Bauer a convertirse en una de las más populares Scream Queens de los 80 y 90. Antes de hacer competencia a la mismísma Linney Quigley y bajo el pseudónimo de Pia Snow, Michelle Bauer protagonizó dos clásicos intocables del género: “Bad Girls” y “Café Flesh”. Pero no fue la única Scream Queen con pasado azul. Monique Gabrielle (otra Emmanuelle para sumar al pack), Julie K. Smith, Lisa Comshaw y Stacy Moran, entre otras muchas, también formaron parte de la nómina de la productora Purrfect Productions, especializada en filmar a las reinas del grito en situaciones algo más comprometidas que sus habituales Tub Parties.

Algunos prefieren ocultar su identidad a la hora de filmar sexo explícito, caso de Kelly, la hija de Jerry Van Dyke. Insigne dead porn star (suicida), cuyo fugaz paso por el porno tuvo un trágico final. Otros utilizan la efímera fama para tratar de llenar sus bolsillos mientras los quince minutos duren. John Wayne Bobbit saltó se dio a conocer tras ser castrado por su esposa Lorena. Una vez reinsertado el miembro en su lugar original quiso demostrar al mundo que aquello seguía funcionando aceptablemente. De ahí nacieron las memorables: “Frankenpenis” y “John Wayne Bobbit Uncut”. Además de una carencia total de escrupulos, el porno siempre tuvo el don de la oportunidad. Y si no que se lo pregunten a Divine Brown, prostituta afroamericana que tras ser arrestada mientras le practicaba una felación a Hugh Grant, terminó ilustrando sus notable habilidad bucal en la delirante “Sunset & Devine: The British Experience”.

Haciendo honor al espíritu americano primigenio (“Dadme a los pobres y desheredados…”), el porno todo lo acoge. Fútbolistas profesionales expulsados de la liga (Dave Nelson), leyendas del boxeo patrio acabadas (Poli Díaz), actrices en el atardecer de sus carreras (Karin Schubert, Jacy Andrews), prostitutas caseras (Kathy Willets), playmates rebeldes (Teri Weigel). Nadie le es ajeno al porno. Al menos, nadie que sea susceptible de generarle algún beneficio económico.

2 pensamientos en “Famosos y Porno…

  1. Mantengo la teoría de que la trastienda del porno, del boxeo y del béisbol es fascinante. La realidad menos conocida del porno me encanta. Repleta de vidas rotas, de violencia y de mafias. Y entre todo ello siempre hay lugar para la lírica. El cine porno, especialmente a partir de la llegada del vídeo, es tremendamente aburrido, pero el submundo que le acompaña mantiene su hechizo.

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