Hay una escena en «Ni un pelo de tonto» en la que Sully (Newman) introduce una moneda en una de esas maquinas de pistachos que dispensan un pequeño montón al girar una ruedecilla. Sólo cae uno. Él lo mira con estupefacción, mira a su alrededor y farfulla algo sobre su mala estrella. Luego todo continua igual, como siempre…
Pero llega el día en el que las cosas no son siempre iguales. Y ayer fue uno de ellos.
Se le echará de menos. Mucho…